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Mostrando entradas de abril, 2009

PILDORITA

Bueno, os enseño un trozo del relato que concurrirá en el Concurso de Relatos de Viaje Mikel Essery 2009: "Durante las no más de tres horas que viene a durar el trayecto entre las dos grandes ciudades, Santiago aprovecha para perderse en un laberíntico mar de papeles todos ellos llenos de números, tachones, dibujos hechos a bolígrafo inspirados en la espera y el paso del tiempo… Todo ello, junto al logotipo de la empresa, amargaba el gusto a Santiago, aún habiendo desayunado una gran taza de chocolate y un trío de magdalenas." Y sigue :-)

Padre

-¿Llegamos ya?. - Aguarda enana, que ya quedan sólo dos estaciones. - Jo…. - Bueno, y hacer el cambio a los cercanías de la Z3 – pensó el padre. Vaivén. Unos suben. Otros bajan. No se oye ni un alma. Ya sólo queda una parada para completar la primera parte del viaje. Casi una hora de metro y otra media más de regalo en cercanías hasta llegar a casa. Pero se gasta menos que en el coche. Traqueteo. Los vagones, ya muy anticuados, avanzan agonizantes iluminando con su único ojo luminoso las entrañas alquitranadas de la capital. Movimientos convulsos. Cómo el paciente que se retuerce de dolor ante el fracaso de la medicina… …el gato que se mueve nerviosamente al ver su final próximo atrapado en la vía de un tren… …cómo el buceador que aletea y aletea hasta la superficie, con fatal resultado… - Ala pues, que ya hemos llegado. - Ya era horaaaa…- se lamentaba la pequeña. Papá saca su bono transporte para llegar a la Z3. A la hija se le caen los ojos del sueño. Es normal. Ya es tarde. La estac

LA CUBA

- Rellene el impreso póngase la bata, y ya sabe. - El procedimiento de siempre...jajaja. David estudia segundo de bachillerato, su objetivo: medicina. El árbol genealógico de los Mainar vestía bata blanca, y David Mainar no iba a ser menos que su padre, su abuelo, su primo... El apellido Mainar sonaba a bisturí y olía a yodo por todo Valladolid. Tenía sólo 17 años, pero ya se iba preparando para ejercer la hipocrática tarea. Acudía una vez por semana a la Facultad de Medicina para visitar una y otra vez las salas del museo de anatomía "Doctor Saracíbar", una de las muestras de la materia más completas de toda europa. Tras rellenar el formulario de rigor y visitar a su padre, David hacía su recorrido semanal. Músculos, huesos, redes de nervios, cuerpos de niños, de viejos...sin duda alguna, un homenaje al conocimiento del ser humano. Pero "la estrella" del museo era La Cuba de Cuerpos, una inmensa piscina en la que infinidad de cadáveres flotaban sobre un amarilleno

PEQUEÑITOS

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Mis enanos, los protagonistas del mundo que viene.