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Mostrando entradas de agosto, 2009

A la sombra de tu fuente

Quedaron el domingo por la tarde, aprovechando que los domingos son para eso, para dar una vuelta y soportar de alguna manera el tedio. Valladolid en domingo es aún más gris que un lunes o un martes, los restos de la fiesta se mezclan con paseos y horas muertas, dando lugar a un cuadro con una patética mezcla de colores y formas. Sin saberlo, Moisés, el mediano de los Escudero, repetía lo que han hecho casi todos los vallisoletanos, pasear su amor por el Campo Grande; esos paseos de media tarde chuleando de zagala delante del palomar, robando besos a la chavala de turno con el ángel de la fuente convertido en confidente de piedra. Le costó dios y dos santos mártires engañar a su padre para salir a dar una vuelta, pero con la excusa de acompañar a la tía a las novenas, el pater familias, capillita y beaturro, cedió mansamente. El verano al lado del Pisuerga no da tregua, arremete sin piedad a más de treinta y cinco grados, sólo cuando el páramo deshace el día, las gentes de esta ciudad,

ABRE

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El amor entre Alberto y Sara era un paseo a ninguna parte, el padre de ella no veía con buenos ojos al pretendiente de su única hija. Un amor de espías, de novela con sombrero, tabaco negro y gabardina. Borracho de amor, el joven enamorado pidió la ayuda a una anciana del Ansó, con dotes de bruja, que vivía cerca de su pueblo; cerca para él, pero lejos sobre el mapa. - Por favor, buena mujer, ayúdeme a estar junto a mi amada. Alberto, desde esa noche y vestido de piedra, guardó la puerta de su querida Sara eternamente. ********************* Imagen cedida por la colección particular de Jordán

LOS DANZANTES DE HUESCA

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Simplemente maravilloso, una oración al ritmo que marca la banda de música de Huesca y las espadas de los danzantes. Como cada mañana del 10 de agosto, mañana laurentina, la mañana de San Lorenzo; LOS DANZANTES DE HUESCA se presentan ante todos los oscenses reunidos en torno a la basílica de San Lorenzo y calles adyacentes. Ciudad de Huesca que ha prolongado la velada hasta el amanecer del día del patrón, pues perderse "los dances" es algo imperdonable. A su vez, la albahaca tiñe de verde el suelo de la capital oscense, empapando todo el callejero con ese olor y aroma tan frescos e inconfundibles. Todo está listo. Falta que el director de la banda de música de Huesca, maestro Sampériz, haga magia con la batuta y empiecen a sonar los acordes del primero de los dances, el más famoso, el himno no oficial de Huesca, "El dance de las espadas". Impresionante. Toda la ciudad de Huesca, alli, vestidos de blanco y verde, como mandan los cánones laurentinos, dando palmas que