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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Nochevieja del 42

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-¿Tenía usted algún plan? - No, la verdad es que no, me dejo caer por aquí todos los días. - Nos extrañaba ver a alguien sólo una noche como esta. - ¿Qué tiene de especial esta noche? - Es la última... - La última puede ser cualquiera, pero no crea que soy un ser pesimista por esto, no, no lo crea señor, simplemente que no soy amigo de este tipo de rituales. Apuró de un trago su segunda copa de Gin. - Ted es uno de mis clientes más fieles  apuntilló Ed mientras preparaba otro combinado - lleva más de quince años celebrando una nochevieja diferente cada día desde ese taburete. En la esquina se hizo la luz con esas palabras: - ¿Funciona? - Pruebe usted mismo, amigo, tiene más de trescientas oportunidades para hacerlo.

El gran quilombo

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Un desastre genial. Loco todo.                                         Vaya desorden Llovían colores, crecían palabras. Sin cordura . Revolución y revolución. Los pájaros volaban de pie . Eh, tú, sal a la calle y observa.                          Por aquí. Un coche verde pasó a ser rojo .                                             Por allá . Un coche rojo se mudó al verde.       Un caos genial .         Dando tumbos,                                                         Sin orden. Por abajo. Por arriba.                                     Todo loco, toda vida, pura vida. Pequeño gran desastre. El agua hablaba. La gente reía.                                   Sin gravedad, todo flotaba. Todos uno. Loco todo. Todo loco. Sucedió EL GRAN QUILOMBO El árbol de la vida. Gustav Klimt

After eight

Ya en casa, superado el frío de las calles de Passaic y roto el hielo a ritmo de papel doblado y pingüinos, intentó pasar a letras y tinta lo que tenía en la cabeza. Una y otra vez, las manos iban dando tumbos gracias al nerviosismo y a la emoción. (estaba preciosa) Los papeles se mezclaban entre arrugas y deseos de que el viernes fuera ya mismo. Por el otro lado soplaba una brisa muy agradable con el ánimo de templar el furor y elaborar el principio del relato sin prisas, disfrutando de cada coma. (¿te fijaste en su sonrisa?) Dos horas después, gastado ya el cristal de la ventana tras estudiarlo con sonrisa bobalicona, guardó los papeles y simplemente se dedicó a disfrutar. (el directo es mejor que las fotos) Y a pensar desde un rincón en ella sin ser descubierto. ¿y por qué no?

Welcome december!

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La primera cencellada llegó a Passaic bastante tarde para lo habitual en estas coordenadas. "Hoy la elemental no dará clase" "No salgan de sus casas" "Amigos, ¿vieron el partido de anoche?, ni un alma en el Major Richmond Arena " "Instale calor con Bob, Bob es el calor de N. Jersey, amigas" Eran los anuncios habituales cada mañana en la radio del condado. Pese a la primera lluvia de pingüinos, una flecha de calor corría por la avenida central del distrito sur. Apenas si se conocían, tan sólo unas cartas y tres llamadas de teléfono componían lo que él conocía de ella. Cada seis días o así, el buzón levantaba la bandera roja con buenas noticias. Los días con letras eran bastante mejores. La hoja parroquial, el descuento en la tienda de Joe, el segundo aviso del banco, y como guinda a la cascada de papel, una carta suya. Sólo saben que se ríen mucho. Pactaron no mandarse fotos ni dibujos. Sólo saben que a veces abandonan por moment