ETERNIDAD

Las tardes de los jueves que protagonizaban Anna y Rafa cada semana, seguían fielmente el guión.
Páginas y páginas con conversaciones ya planeadas, subrayadas en azul ternura y verde miradas.
Paseaban, compartían té, seguían paseando...todo estaba planeado, todo era rutina, pero cómo si tuvieran quince años y estuvieran ante su primer beso.
Pese a llevar mucho tiempo juntos, nunca acaban de conocerse.
Las tardes de los jueves de Anna y Rafa, eran un viaje de palabra y métrica, más allá de la existencia.
Esas tardes de jueves de besos de chistera y truco de magia.
Los paseos por el parque se convertían en una gran fiesta a la que todo el mundo estaba invitado.
Músicos, malabaristas, teatrillo de marionetas, poetas, pintores...enseñaban al mundo lo más puro de sus creaciones y de su existencia.
Uno de esos artistas de los sueños, conmovido por el sublime espectáculo del beso de Rafa y de Anna, inmortalizó con su paleta el instante...el instante.
Intentó captar todos los detalles, que hubieran hecho de su pintura algo parecido a lo celestial y lo divino, pero se quedó en el escalón anterior, obra maestra.
Jamás ningún pintor podrá inmortalizar ese generoso gesto.
Jamás, ni entre miles de poetas, podrán darle forma de verso a través de las letras.
Sólo Anna y Rafa, saben cómo suena y cómo se ven sus besos.
Klimt lo intentó.
Comentarios
Ni falta que hace.
Afortunado Rafa.
¿Y qué me dices de Rodin y Munch?
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