...NO MARQUES LAS HORAS...

Aprovechó todas las noches de aquel verano para mirar un poco al cielo, hacia arriba. Furtivo, escondido entrte la sombra, con mucho sigilo y al son que marcaban las horas de la luna, se subía a la silla del guardacostas al dar las diez. Dedicaba toda la noche a contar una a una las estrellas de la bóveda celestial, no sabía astronomía, apenas consiguió en esos noventa días, localizar a la osa mayor y su cría. Él prefería crear constelaciones nuevas. Hasta que dieron las doce del uno de septiembre. ******************** Imagen cedida por los ojos de la cámara de Jordán