JUBILEE


Sólo dejó una ventana abierta y una carta.
Una despedida sobria...¿para qué más?.
Ana no quiso, tampoco pudo, no, avisar de sus intenciones a su familia y a sus amigos.
Sólo ansiaba la libertad, la suya, la propia; aunque para ello usó la trampa y los sombreros de doble fondo, el truco de magia jamás imaginado por Houidini para poder escapar de esas pesadas cadenas.
Abandonó la isla en silencio, por la playa de atrás.

Sólo dejó una ventana abierta y una carta.

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