Viento de la costa

No esperaba tu carta.

Me vuelvo inmediatamente.


Lo que más me intriga es saber cómo me has encontrado después de diez años, tampoco quiero saberlo, o sí, no lo sé, es estupendo, un regalo caído del cielo, bueno, en este caso, de la parte de Royal Mail.



¿De verdad vas a hacer todos esos kilómetros?

Leo las líneas y las releo, una, otra y otra vez, mientras me doy una vuelta por el cabo, y no termino de creermelo, aunque, con el paso de los días, algo me dice que sí, que esto es verdad.

Sigues igual de preciosa...

Diez años, se dice pronto, pero bueno, los dos siempre hemos sido de jugar con los calendarios a nuestro antojo.

Soy un manojo de nervios, sé que el día del reencuentro está cercano, tan pronto pasen dos cartas más y concretemos la fecha y lugar para inventar una máquina del tiempo y perdernos en nuestro propio cosmos.

Todo lo que dices y sientes es genial, sublime, grandioso...no lo sé, me encanta, me encanta y me encantas, como siempre me has encantado.

Te debo muchos cumpleaños, te debo mil cosas...te debo tiempo, sobre todo tiempo...

Te debo mi vida.


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E.Hopper
Lee Shore




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