- ...venga Carlitos, arriba, que tienes que ir con tu padre a poner los reteles... - - ...¿pero ha venido el tío...? - respondió a su madre aún medio dormido. Ir a por cangrejos era lo que más le gustaba hacer a Carlitos Setién las mañanas de verano, pese al madrugón que supone. El número de piezas que pudiera coger esa mañana estival pasaba a un segundo plano ante el acontecimiento que esperaba la familia Setién todos los veranos a mediados del mes de julio, la llegada del tío Marcial. Los Setién vivían en Layés, una pedanía campurriana cercana a Reinosa, de quién dependía administrativamente. La familia se dedicaba integramente a la ganadería, tenían varias decenas de cabezas de ganado vacuno, que, junto a la explotación maderera de una pequeña parcela, les permitía vivir sin ningun apuro. Carlitos Setién era el mayor de tres hermanos, nadie podía creer que ese chicarrón del norte pudiera tener tan sólo diez años. El aire de la montaña del Campoo curte y sana. En clase era un chico m
Definitivamente, hay gente hecha de un material díficil de encontrar hasta en el pozo minero más profundo de Sudáfrica. Personas capaces de echarse a su zurrón una estatua de Colón, un Puerto Olímpico y hasta una Montaña en Montjuic y echarse andar sin descanso hacia la cima del triunfo. Gente capaz de lidiar con hojas y hojas de reformas estatutarias, de progreso; callando las voces ajadas por el odio de la historia y amansar las fieras mesetarias de cara avinagrada, que miran con recelo todo lo que lleve Ç. Y con el panorama que nos rodea, casi es hasta normal, que el mal olvido se apodere de ellos. Para ver cómo mercadean con tus logros cómo si de la túnica del nazareno se tratase, mire usted, para eso prefiero dejar en blanco mi recuerdo. Pero esto no es así, en verdad la vida es injusta, castigando a quienes deberían de alcanzar el Olimpo de los dioses de carne y hueso. Leer sus memorias en catalán es mi particular muestra de respeto y admiración hacia Pasqual Maragall. **********
-¿En serio? -El qué... -Pues hombre, pagar 40 dólares por una foto de Los Girasoles... -En Los Girasoles siempre es verano. -Por favor, 40 dólares, eso es la compra de una semana. -En Los Girasoles, siempre es verano, insisto, Luanne, por favor. -Y si te asomas a la ventana un 3 de julio o un 15 de agosto también es verano, es más, es muy veranito, listito. La verdad es que los dos tenían razón. En Los Girasoles siempre es verano. Y si te asomas a la ventana un 15 de agosto, también. Luanne se resiste al almíbar, pero es incapaz de vencer a la cara de tontaina que le sale cuando se acuerda de esa fecha. El otro se pone de colores, generalmente rojo, tono vino tinto. Y la verdad es que bien. Siempre es verano para quién recuerda con una sonrisa lo que haya pasado en según que días. Está bien eso de gastar unos dólares en Los Girasoles, para cuándo venga la nieve y sea de noche ahí afuera, mirar la foto e inmediatamente viajar a mediados de agosto. Si lo piensan, no
Comentarios