A tus aguas de plata


Contadme otra vez como es ella.
Que no.
Que no me lo creo.

Las sirenas.
Y otros cuentos de hadas.
Como la historia esa del ama del río.

Contadme otra vez como es.
Que empiezo a pensar que tus ojitos no mienten.
Y cuando me asomo a ellos.
Tus dos océanos para mi.
De bahia en bahia.

Dame la mano,
Que tengo una barca en la mar salada,
Que te llevo hasta el sol que quieras,
Con la Luna a ti amarrada.

Que te llevo,
Que cierres los ojitos,
Que te beso y te pinto el alba,
Aunque te susurre en la noche,
Que bendita tú en la madrugada.

Dame la mano,
Que en esa estrella tengo una barca,
Que te he bajado el lucero,
Para pintarte esmeraldas.

Y que cielo el que me pintas,
Cuando paso por tu espalda,
Mis dedos oliendo a mar,
Tú, mi tacita de plata.

Vamos a soplar juntos,
Con mucha fuerza,
Con ganas,
Que si tu quieres, ojitos,
Empezamos este camino,
Con las manos enlazadas.

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