De canciones y frutas


Recuerdo como esa noche de sábado no hubo héroes. 
Ni mujeres de verde. 
Bueno, pero de vez en cuando se oía... ¡Qué Electricidad! 
¡Vaya conexión! 

Y tu bailando
Bailando, bailando... 

No eres mi fruta favorita, 
Aunque el rato aquel en la piscina me supiste a Copacabana. 

Tu voz, zumo de fruta y café. 
Con los pies en el agua fresca. 

Y el tiempo pasaba. 
Por momentos corría. 
¡STOP! 

De manera súbita, 
En esa noche de Bohemia, 
Cien grados a la luz de la Luna, 
Las manecillas se pararon a las diez y diez. 
O a las once y once, no sé. 

Ni siquiera sé si era julio. 
Del dos mil veinte o de mil novecientos noventa y nueve. 

Sólo sé que estaba fa. 
Fa fa. 
Fascinado con ese incendio de nieve. 

Y al día siguiente, 
Aún con el reloj en fase REM, 
Se hizo un domingo. 
Astromántico. 

Poco ha cambiado, 
Ni tampoco la física moderna, capaz de hacernos coincidir. 
Incapaz de descubrir el ictus del reloj. 

Y aquí seguimos. 
Sin reloj. 
Sin tiempo. 
Sin prisa. 

Esperando un ¡Hola! 
Esperando poner el sello. 
Los sobres dan tanta vida... 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Palabra de Dios(1) - Los días de colegio

Concerto nº2

Veranos de 40 dólares